¿Qué es un maxímetro?

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Un maxímetro es una herramienta que se puede encontrar en determinadas instalaciones eléctricas con el objetivo de registrar la potencia máxima requerida para cubrir las necesidades de dicha instalación en periodos de 15 minutos. El maxímetro se encarga de controlar si dicha instalación supera la potencia contratada.

La clave en el funcionamiento del maxímetro eléctrico es que evita el corte de electricidad si se supera la potencia contratada, al contrario de lo que ocurre con las instalaciones equipadas con un ICP, o interruptor de control de potencia.

Contadores con maxímetro

Todos los medidores de luz digitales cuentan con algún tipo de dispositivo dirigido a controlar la potencia del suministro. En las instalaciones con tarifas comunes, lo más habitual es que el contador esté equipado con un ICP, y solo en las instalaciones con potencias más elevadas cuentan con un maxímetro.

Es habitual encontrar estos dispositivos en instalaciones eléctricas que no pueden ver nunca interrumpido su servicio por diversos motivos, como, por ejemplo, los quirófanos. Inicialmente, los contadores con maxímetro solo están disponibles para suministros con potencias superiores a 15 kW, pero también algunos con potencias inferiores pueden estar equipados con este sistema si se trata de situaciones especiales.

Es posible solicitar la instalación de un maxímetro en cualquier espacio si se justifica su necesidad. En estos casos, el consumidor deberá ponerse en contacto con la comercializadora explicando la situación. La propia comercializadora hará llegar la petición a la distribuidora, y ésta última tomará la decisión en base a las circunstancias. Si la distribuidora autoriza la instalación, la comercializadora enviará a un técnico capacitado para poner en funcionamiento el maxímetro en el lugar solicitado.

Reducir la potencia contratada

Una vez entendido qué es un maxímetro, es interesante saber que este dispositivo puede servir para conocer la potencia necesaria para una determinada instalación. La mayoría de las instalaciones tienen contratada una potencia superior a la necesaria, lo que implica un derroche económico en un servicio que realmente no se utiliza.

El maxímetro realiza una medición cada 15 minutos de la potencia real que una instalación utiliza. De esta forma, resulta muy sencillo comprobar si la potencia contratada se ajusta a las necesidades o es superior.

Reducir la potencia contratada es una de las mejores formas de ahorrar para los consumidores, y no debería suponer ningún problema para la instalación siempre que se tengan en cuenta las necesidades las necesidades de energía del lugar.

Esto se puede controlar también a través del ICP. Por ejemplo, en una vivienda que nunca han ‘saltado los plomos’, lo más normal es que la potencia contratada sea excesiva, y reduciéndola se puede conseguir un importante ahorro económico en las facturas de la luz.

¿Qué es la facturación por maxímetro?

La facturación por maxímetro difiere en cierta medida de la facturación general. Puesto que el maxímetro mide la potencia real que consume la instalación, la comercializadora puede comparar la diferencia entre esa potencia consumida y la potencia contratada, y realizar el cobro teniendo en cuenta ambas cifras. Según esto, la factura puede variar dependiendo de tres supuestos, que son:

  • Consumo de potencia menor al 85% de la potencia contratada.En este caso, el importe a abonar será el 85% del total.
  • Consumo de potencia de entre el 85% y el 105% de la potencia contratada.En este caso se factura la cantidad exacta de la potencia contratada.
  • Consumo de potencia superior al 105% de la potencia contratada. En este supuesto, el importe total será el de la potencia contratada más una penalización por el exceso, que corresponderá al doble de la potencia excedida.

Este sistema tiene algunas ventajas para las instalaciones, pero también puede tener inconvenientes económicos si habitualmente se supera el total de la potencia contratada.

 

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