Diferencia entre la energía activa y reactiva

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En el sector de la electricidad nos podemos encontrar con varios tipos de energía, entre ellas la reactiva. A los consumidores de luz particular les suena más la activa, es decir, aquella que se mide en kWh. En cambio, la reactiva se asocia al gasto de electricidad con electrodomésticos como: lavadoras, neveras, secadores del pelo, etc… Con esta pequeña introducción vamos a comenzar a analizar este tipo de energía, que para su funcionamiento es necesario una bobina alimentada con una corriente alterna.

¿Qué es la energía reactiva en la factura de la luz?

Primero, debemos tener en cuenta que la energía reactiva, a diferencia de la activa, cuenta con las siguientes características:

  • No se consume ni se calienta
  • Se mide en kVArh (kilo voltio-amperio reactivo hora)
  • Funciona con aparatos que precisen de una bobina alimentada a una corriente alterna como por ejemplo:
    • Maquinaria industrial.
    • Ascensores.
    • Electrodomésticos del hogar: lavadoras, frigorífico.
    • Transformadores.

La energía reactiva, como hemos dicho, es alterna: va y viene de nuestro consumo a la red 50 veces por segundo, provocando variaciones en la intensidad eléctrica. Todo ello lleva a que esta energía no se produzca, sino que se transporte. También debemos tener en cuenta otro tipo de energía, la aparente, basada en el conjunto de la activa y la energía reactiva.

¿Qué es la energía activa en la factura de la luz?

La energía activa es aquella que se genera cuando los receptores eléctricos transforman la energía en trabajo mecánico y calor. Este efecto tiene un reflejo inmediato y se mide en kWh, es decir, kilovatios hora. Aquellos receptores formados por resistencias puras, por ejemplo los aparatos de calefacción, consumen en exclusiva energía activa.

Los electrodomésticos también consumen energía de tipo activo, por eso el grueso de nuestro consumo suele basarse en sistemas eléctricos que necesitan de la energía activa como fuente de alimentación.

¿Qué es la energía aparente?

La energía aparente es el total de energía que utiliza un circuito eléctrico, es decir, la suma de la energía activa y reactiva. Esta energía se mide en KVA. Cuando hablamos de qué es la potencia reactiva y activa, debemos tener en cuenta que ambas se combinan para calcular el uso total de potencia eléctrica. El resultado de la suma es por tanto la energía aparente.

¿Cuál es la diferencia entre estos dos tipos de energía eléctrica?

La energía reactiva no se genera y no calienta, sin embargo es imprescindible para muchos dispositivos. Por el contrario, la energía activa pone en funcionamiento electrodomésticos, genera calor, etc., esta es la principal diferencia entre energía activa y reactiva.

Corriente reactiva y activa son indispensables en nuestro día a día, por eso la energía reactiva tiene un impacto real en la factura.

Un exceso de energía reactiva puede provocar todo tipo de problemas en un circuito eléctrico, que van desde la pérdida de potencia en las instalaciones hasta sobrecalentamiento en los circuitos. Para evitar este tipo de problemas, sin sacrificar la cantidad de energía reactiva, se utilizan condensadores capaces de compensar la sobre-generación de energía reactiva.

¿Qué es el factor de potencia?

El factor de potencia relaciona el consumo de energía activa y el consumo de energía aparente de una instalación. Con un consumo activo dado, a mayor sea el consumo de energía reactiva menor será el factor potencia, y por tanto mayor será la penalización económica.

¿Por qué la energía reactiva se refleja en la factura de la luz?

La energía reactiva no se crea, sin embargo es preciso transportarla. Al realizar el transporte de energía reactiva, es necesario contar con redes de abastecimiento mayores, así como transformadores más potentes, lo que provoca un impacto en la factura final del consumidor debido a los gastos asociados.

¿Cómo se mide la potencia activa?

La potencia activa se mide en kilovatios, y por lo tanto se puede cuantificar en kilovatios consumidos durante una hora (kWh). Gran parte de la factura mensual de una vivienda sale del cálculo de kilovatios hora consumidos a base de energía activa.

 

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